Pasaba, como todos los sabados, por mi cafe favorito, y, en cuanto entre, le vi. Inmediatamente, me enmore de el.
Era un chico alto, guapo y cn el pelo moreno a lo guas, ojos maron verdosos con una mirada penetrante, y unos labios que parecian estar pintando por Goya.
Le mire, y el me miro inmediatamente, como s hubera notado mi presencia, y aparte la mirada rapidamente, avregonzada. Sin que se diese cuenta, le volvi a mirar, y vi como sacaba de su mochila un libro, ''Perdona si te llamo amor'' en italiano de Federico Moccia. Despues de leer una pagina o dos, le trageron un capuccino con mucha espuma, le echo des cobre enteros de azucar, se lo tomo despacio, se limpio el bigote de espuma con la servilleta de papel, recogio el libo, cogio la mochila y se sento enfrente mio.
Nos miramos durante minutos, o sugundos que parecian horas, y luego, nos fundimos en un beso pasionado.
No necesitamos saber nada el uno de otro, parecia, como si, despues del beso lo supiesemos todo del uno del otro, pero, nos presentamos de todas formas, para ser educados:
-Hola, soy Lea, ¿y tu?
+ Yo soy Luca, encantado
- ¿No eres de aqui verdad? Tu acento es extraño
+ No, soy italiano, de Sicilia
- Ah, interesnte
+ Si, por cierto, ¿cuantos años tienes, Lea?
-19, paso por aqui para ir a la UNI, ¿y tu?
+ Yo 21
-........................TE QUIERO
+ yo tambien te quiero
A partir de entoces, quedabamos todos los dias en ese mismo cafe, en la misma mesa, pero no nos dabamos los mismos besos, eran mejores, mas apasinados, como de dos enamorados.
Nuestros amigos decian que eramos superenpalagosos, y la gente a nuestro alrededor tambien.
Un dia estamos el el cafe, nuestro lugar, nuestro mundo, un luar en el que sentiamos que solo existiamos nosotros solos, y nadie mas. Es nuestro cobijo, nuestra cueva secrera, donde nadie parece hacernos mucho caso. Ese mismo dia, me dice:
TE AMO MAS QUE A NADA EN EL MUNDO
TE QUIERO Y TE QUERRE SIEMPRE COMO SI NO HUBIESE MAÑANA
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